lunes, 6 de abril de 2009

Coloma: La posición subjetiva en el uso clínico y teórico de las teorías psicoanalíticas


“Como método para aclarar algo para sí mismo, el analista necesita su propio libro de teorías psicoanalíticas, que él personalmente usa con frecuencia, junto con números de páginas y párrafos que aseguran su identificación”
Bion, Aprendiendo de la Experiencia, Cap XIII


La exposición de Coloma está teñida por la primacía del rol del paciente dentro de la sesión, donde el analista cumple el rol de facilitar la aparición de la subjetividad, en un ambiente donde se instale la paradoja.
La forma de entender dicho fenómeno es lo que caracteriza el escrito: el uso incorrecto de los autores. Así como Bion lo propuse hace más de cuarenta años, las teorías psicoanalíticas son una herramienta dentro de la sesión más que una forma de llevarla a cabo. La técnica per se lleva al error, pues supeditar al paciente a una técnica es caer en la objetividad, en el uso del símbolo de entendimiento más que el entendimiento per se.
Pese a este impedimento, surge como némesis de la práctica la falta de objetividad, esto es, la relación experiencial. Mientras Winnicott la entiende como espacio transicional, Bion en la dinámica funcional entre madre e hijo, y Lacan como el encuentro del Sujeto frente al Otro, Coloma propone no adscribirse a ninguna de estas escuelas, sino más bien usarlas según sean necesarias, como apuntes en un cuaderno, disponibles a posteriori.
Pero si la teoría surge luego de la práctica, ¿es entonces el psicoanálisis una respuesta de articulación frente a lo que sale en terapia? Mi opinión responde afirmativamente a esta pregunta, pues es la creatividad de cada terapeuta la que se pone en juego tanto frente al paciente como frente a la elección de una línea teórica en particular.

por Francisco Somarriva

jueves, 2 de abril de 2009

Freud: Construcciones en el análisis (1937) / Análisis terminable e interminable (1937)


...Yo formulo estas cuestiones sin pretender
responderlas en el presente. Es que quizás
nos resulte imposbile dar por ahora una
respuesta cierta...

Freud acerca de la cura expone: “ El análisis ha terminado cuando analista y paciente ya no se encuentran en la sesión de trabajo analítico. Y esto ocurrirá cuando estén aproximadamente cumplidas dos condiciones: la primera, que el paciente ya no padezca a causa de sus síntomas y haya superado sus angustias así como sus inhibiciones, y la segunda, que el analista juzgue haber hecho conciente en el enfermo tanto de lo reprimido, esclarecido tanto de lo incomprensible, eliminado tanto de la resistencia interior, que ya no quepa temer que se repitan los procesos patológicos en cuestión”


En el texto, Freud cuestiona desde diversos criterios la cura psicoanalítica. Sin embargo y a pesar de su esfuerzo por esclarecer esta pregunta, la cura se observa borrosa, difusa e imprecisa a nuestros ojos. Esto porque intuimos que en base a la epistemología con la Freud nos presenta el aparato mental, no pudiera lograrse bajo ningún punto de vista el fin de análisis planteado.

Me parece que la cura se acerca al acuerdo entre paciente y terapeuta sobre el “esclarecimiento” de temáticas conflictivas reprimidas de la vida del paciente que ha surgido luego del trabajo analítico. Sin embargo y considerando que Freud bajo sus criterios no logró dar respuesta a esta pregunta, pienso que parte fundamental de la cura psicoanalítica la constituye la forma en como el paciente entiende o mas bien comprende de mejor manera su posición subjetiva.

Ahora, me pregunto además: ¿La clínica de Freud fue capaz de llegar a buen término? ¿Podemos dar respuesta a la pregunta acerca del fin analítico sin acudir a las teorías contemporáneas? ¿Bajo que perspectivas hoy podemos entender la cura psicoanalítica? ¿Es posible?

por Andrea Caorsi

lunes, 23 de marzo de 2009

Freud: Recordar, repetir y reelaborar (1914) / Sobre la dinámica de la transferencia (1912)


La transferencia, tanto como dispositivo analítico (terapéutico) o como concepto teórico, sitúa a la discusión sobre el psicoanálisis en una disyuntiva sobre el otro o la técnica, entendiendo el primero como el campo real de la alteridad humana, y la segunda, como el ideal de toda práctica que de cuentas de su efectividad y su validez.

En este sentido, estos textos sobre técnica psicoanalítica, en su calidad de correcciones y específicaciones para iniciados en la aplicación metodólogica en todo el mundo, envían un mensaje más que poderoso sobre los supuestos detrás de un edificio teórico ya consolidado, y aun más intensamente, sobre el deseo inconciente de su principal y único ideólogo y padre fundador. Su posición es clara: ante la duda que surge por el propio deseo - aquí ese deseo se trata de una gran angustia sobre lo que no se puede explicar, sobre todo posible tratamiento fracasado, que es también fracaso del psicoanálisis como revolución científica - el analista debe atribuir causa y efectos al paciente, y no a la "cuenta del psicoanálisis", que nótese la palabra, no sólo debe tener saldos positivos, sino dar abasto para dar crédito a una enseñanza a través de décadas posteriores.

¿Es necesario puntualizar cómo el psicoanálisis se anuda al deseo de Freud, para luego objetivarlo como comentarios técnicos, al fin, conceptos para la práctica?

En último término, creo que cabe señalar que la transferencia se trata del otro, cualesquiera sea su lugar - para uno o para la teoría -, no tanto por la posibilidad del fracaso, de la falta de efectividad, sino mucho más por el deseo que designa ese fracaso como fracaso.

Lacan lo plantea de este modo: "¿Qué nos hace decir de inmediato que, pese al carácter deslumbrante de las historias que él [Diderot] nos sitúa en el curso de las edades, la alquimia, a fin de cuentas, no es una ciencia? En mi opinión, hay algo que es decisivo: que la pureza del alma del operador era como tal explícitamente, un elemento esencial del asunto."

por Francisco Valenzuela.