lunes, 23 de marzo de 2009

Freud: Recordar, repetir y reelaborar (1914) / Sobre la dinámica de la transferencia (1912)


La transferencia, tanto como dispositivo analítico (terapéutico) o como concepto teórico, sitúa a la discusión sobre el psicoanálisis en una disyuntiva sobre el otro o la técnica, entendiendo el primero como el campo real de la alteridad humana, y la segunda, como el ideal de toda práctica que de cuentas de su efectividad y su validez.

En este sentido, estos textos sobre técnica psicoanalítica, en su calidad de correcciones y específicaciones para iniciados en la aplicación metodólogica en todo el mundo, envían un mensaje más que poderoso sobre los supuestos detrás de un edificio teórico ya consolidado, y aun más intensamente, sobre el deseo inconciente de su principal y único ideólogo y padre fundador. Su posición es clara: ante la duda que surge por el propio deseo - aquí ese deseo se trata de una gran angustia sobre lo que no se puede explicar, sobre todo posible tratamiento fracasado, que es también fracaso del psicoanálisis como revolución científica - el analista debe atribuir causa y efectos al paciente, y no a la "cuenta del psicoanálisis", que nótese la palabra, no sólo debe tener saldos positivos, sino dar abasto para dar crédito a una enseñanza a través de décadas posteriores.

¿Es necesario puntualizar cómo el psicoanálisis se anuda al deseo de Freud, para luego objetivarlo como comentarios técnicos, al fin, conceptos para la práctica?

En último término, creo que cabe señalar que la transferencia se trata del otro, cualesquiera sea su lugar - para uno o para la teoría -, no tanto por la posibilidad del fracaso, de la falta de efectividad, sino mucho más por el deseo que designa ese fracaso como fracaso.

Lacan lo plantea de este modo: "¿Qué nos hace decir de inmediato que, pese al carácter deslumbrante de las historias que él [Diderot] nos sitúa en el curso de las edades, la alquimia, a fin de cuentas, no es una ciencia? En mi opinión, hay algo que es decisivo: que la pureza del alma del operador era como tal explícitamente, un elemento esencial del asunto."

por Francisco Valenzuela.

9 comentarios:

  1. "Me parece fundamental la discusión acerca del verdadero "propósito" del psicoanálisis, ya que desde esta definición es desde donde nos posicionaremos para poder utilizarlo en la terapia. Freud se desentiende de lo que a mi parecer es lo que caracteriza a la clinica psicoanalítica y la vuelve paticular de las demás, "la transferencia". Desde el psicoanálisis, entendemos la transferencia, lo que élla significa y la utilizamos a favor del paciente. Entender que lugar nos asigna el paciente es lo que al terapeuta psicoanalítico lo diferencia de cualquier otro terapeuta. La trasferencia es la herramienta que nos permite abrir pasadizos que ni el mismo paciente conoce, pero que son sin embargo parte fundamental de si historia. "
    Andrea Caorsi

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  2. "Es interesante pensar la transferencia como un dispositivo que se pone en juego en la terapia, en un aquí y ahora, con un otro y que por tanto guarda relación no solo con el paciente, sino también con el terapeuta, como otro que está en la escena. En este sentido, trabajar desde ella tiene especial importancia, puesto que habla acerca del lugar en el cual se está ubicando el paciente en su discurso y el lugar en el cual nos está ubicando a nosotros. Lugar que estará en juego durante la terapia y del cual dependerán nuestras intervenciones. Finalmente es el cambio de lugar el que permite un cambio real en el otro."
    constanza ríos.

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  4. La tradición de Freud en su estudio y sus escritos tiene mucho que ver con la noción de cómo está construido el concepto de transferencia. No solo porque cada escrito fue realizado luego de una reflexión rigurosa en un marco teórico elaborado como el que propone Freud, sino que también espera que la acción de la trasferencia suceda. Este hecho no es menor. El fenómeno que se construye cuando un terapeuta actúa como otro y el paciente se posiciona como sujeto hablante posibilita que se pueda "actuar" como no ha podido ser antes, y que dicha acción no tiene que ver con la orientación teórica, sino que con la experiencia misma de estar en terapia.
    Para después quedará la discusión si el corte de sesión es un intento de saber cómo hacer brotar la transferencia en la terapia. Así cómo hizo analogía Lacan sobre Skinner, no me parece raro decir que el mismo Lacan con el corte de sesión no estaba buscando más que hacer surgir la transferencia, porque él necesitaba apreciarla.

    Francisco Somarriva

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  5. Está claro que el manejo y análisis de la transferencia ha tenido una especial relevancia para la práctica psicoanalítica. Por lo mismo resulta muy importante reflexionar acerca de cuáles fueron los planteamientos de Freud frente a este concepto entendido tanto desde lo teórico como desde lo técnico.Concebir la transferencia como una modalidad propia del neurótico, separándola de cualquier influencia del analista y la situación de análisis misma resulta claramente conveniente para Freud en términos teóricos, pero a la vez, resulta insuficiente para los propósitos del análisis y por ende de la técnica. Sea debido a las características del analista, del análisis mismo o bien, simplemente debido al despliegue de una modalidad “inevitable” del neurótico, el analizado introduce esta modalidad a la situación de análisis. Desde esta perspectiva, resulta irresponsable no hacerse cargo como analista de esto. Sobre todo si concebimos la transferencia como una puesta en escena que precisamente interpela al analista, se hace evidente que ésta es finalmente también una demanda para el mismo. Tener conciencia de esto es justamente lo que permitirá seleccionar las intervenciones más pertinentes. En este sentido, las dificultades de Freud con su propio deseo deben servir como punto de reflexión para quienes decidan continuar con su técnica.
    Camila Wulf

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  6. La transferencia como concepto central en la practica psicoanalitica, da cuenta de un posicionamiento frente a un otro, lo que permitira que se pueda poner en juego la posicion del sujeto, de manera de lograr así un cambio terapeutico.
    De la misma manera, es a traves de la transferencia es que se puede iniciar y dar término a un análisis, ya que el proceso analitico se vive en ella, es decir, todo el proceso entre analista y analizado va a estar determinado por el posicionamiento que dé el paciemnte al analista segun su deseo, por lo que va a ser esto un determinante crucial para el analista, quien debe saber utilizarla como herramienta y no permitir que se convierta en obstaculo.

    Pedro Elton

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  7. Me gustaría agregar que la transferencia es uno de los descubrimientos más importantes de esta línea de pensamiento precisamente porque se descubre una dinámica más o menos "fija" que "aparece" dentro del proceso de análisis. Y más aún, que marca un punto crítico donde se conectan el dominio de lo que pasa "en sesión" y lo que pasa fuera de ella. El término mismo evoca esta relación.

    Retomo lo que dice Pedro, da cuenta de ese posicionamiento "sintomático" que actuamos y repetimos en la vida cotidiana. De ahí su importancia clínica.

    Esto último acentúa mucho más la disquisición que hace Pancho con el planteamiento de Freud. La responsabilidad cae en ambos protagonistas de la relación transferencial, y no en la técnica o el procedimiento.

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  8. La disyuntiva planteada entre la alteridad humana y el ideal de la técnica, ha ido teniendo una evolución en la práctica analítica en pos de la primera opción. Considero que esto se da inevitablemente por ser la práctica lo que durante todos sus años de existencia le ha dado vida y sustento al psicoanálisis. Por lo tanto, la imposibilidad de hacer una "objetivización" de la actitud del analista respecto a la transferencia, se ha ido haciendo cada vez más evidente mientras ésta más se ha presentado en los diferentes procesos analíticos con su carácter esencialmente subjetivo. Una actitud estandarizada por parte del analista, seria una especie de muro con el que chocaría y lo cual no le permitiría cumplir su función como motor del proceso y de la cura analítica. Tenemos por ende que el analista hace bien en conocer y considerar su deseo a la hora de ejercer, pues estará preparado para llevar diferentes análisis con sus respectivas particularidades transferenciales. Al menos mientras hablemos de psicoanálisis.

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  9. La transferencia es el acto de transferir.
    Freud dice que no se le puede anotar a la cuenta del psicoanalisis, ya que es propia del neurotico. El neurotico transfiere en todo tipo de relaciones, no sólo en el dispositivo analítico, sino que también en sus instancias educativas, en las relaciones amorosas, en la familia, etc. El neurotico repite.

    El caso es cómo usar esto que el paciente repita con el terapeuta formas de relacion anteriores, en pos de un tratamiento efectivo. Según esto, sí cabe adjudicar a la cuenta del psicoanalisis lo que suceda, ya que el descubrimiento de esta y por ende el hacerse cargo de parte del analista de sus efectos trae consecuencias importantes al analisis.
    Por ejemplo es un motor de superstición, la transferencia instalada hace que el paciente se instale frente al analista como frente a alguien en quien confía para dirigirlo a su cura, frente a un sujeto supuesto a saber. Pero también funciona como resistencia para que el paciente aplique la regla analitica.

    Hacerse cargo de estos efectos implica cierto trabajo de parte de la persona del analista. ya que la transferencia existe en tanto existe un otro, por lo que el analista también está determinando la forma en que esa transferencia se desarrolla.

    A mi parecer no es el dispositivo analítico el que da nacimiento a la transferencia, y esto no debe anotarlo en " su cuenta", ya que es propio del neurotico. Pero sí creo que debe adjudicarse a la cuenta del analisis el hacerse cargo de ella, para usarla en pos de una posible cura.

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